Reinventando la Educación (Parte 1: Quitemos los Prejuicios)
Para el joven estudioso que no puede costearse una institución prestigiosa...
El sistema educativo necesita tantas mejoras como nosotros necesitamos de él.
No hay nada más bello que estar apasionado; da lo mismo si vas a realizar una licenciatura o un técnico, si te gradúas de ambos o de ninguno. Incluso, no nos corresponde saber cuánto haces de cada uno, o si harás talleres, cursos... Lo que rechazo es convivir con alguien que no estudie; esos son adefesios de nuestra inestable sociedad.
Se ha glorificado la figura del millonario que abandona la universidad, o que directamente no asistió o le iba muy mal en la escuela. Por mi parte, me alegro por ellos. Pero a sus fanáticos, los invito a la introspección:
¿Estás seguro de que justificar tu mediocridad con casos de éxito te satisface?
Existen figuras famosas como Bill Gates y Mark Zuckerberg. ¡Qué ejemplos! Abandonaron la universidad. ¿Sabes cuál fue? ¡Harvard! Si eres aceptado allí, ya desde antes eras brillante. Esa institución no crea genios; los acepta. No es el mismo nivel abandonar tu universidad —que está lejos del top 3000 mundial— que abandonar Harvard. Además, ellos eran apasionados por la informática. Y desde luego, estos ineptos jamás se han preguntado:
¿Qué pasaría si su pasión hubiese sido medicina o derecho?
No a la Deuda Educativa
Sin embargo, no tergiversen mis palabras. No estoy a favor de los créditos estudiantiles o préstamos educativos que incluso después de casi 10 años de haberte graduado sigues pagando. En el caso de República Dominicana, hay alternativas a considerar. Por ejemplo, tenemos la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) que, por más barata y conflictiva que haya sido a lo largo de su historia, posee al menos una pizca de valor. Gente destacada como:
- ⭐José Joaquín Puello – Reconocido neurocirujano dominicano y figura destacada de la medicina nacional.
- ⭐Altagracia Salazar – Periodista reconocida por su trabajo investigativo y comentarios políticos.
- ⭐Tony Raful – Escritor, político y embajador, ganador del Premio Nacional de Literatura.
Estudiaron su licenciatura allí.
Además, existen sitios de cursos online gratuitos y válidos (al menos internacionalmente hablando) como FreeCodeCamp, Coursera y edX. Si deseas aprender idiomas, personalmente recomiendo Busuu para inglés y francés. Y si te interesa especialmente el inglés, Elsa Speak, que ayuda mucho con la pronunciación. Aunque requiere membresía para acceder a todas sus funciones, su anualidad es, por mucho, más barata que cualquier academia de idiomas del país.
Otras opciones son INFOTEP (gratuito). No obstante, guiándome por la opinión de sus egresados, prefiero recomendar el ITLA, aunque implique gastar más.
Entonces, ¿me niego a tomar una deuda estudiantil?
Evita basar tu opinión solo en lo que dice esta autora, pero sí considero prudente que evalúes las opciones que tienes como dominicano antes de endeudarte. Si decides ir a la UNIBE, por ejemplo, mediante financiación, que sea porque ofrece beneficios comprobados que otras instituciones más económicas no te ofrecen, NO porque te avergüences de lo que sí puedes costear.
No soy psicóloga, así que no puedo abordar cómo lidiar con la presión social. Poco conozco al respecto. Pero sí sé que, si te importan mucho las opiniones ajenas, debes saber que más burla causa el de la billetera vacía que el graduado de una universidad mala. Después de graduado, a nadie le importa de dónde conseguiste el título. La gente suele preguntar: ¿Qué estudiaste?. El “dónde estudiaste” lo preguntan más las empresas que te contratan o la cazafortunas que invitaste a una cita.
Un consejo para enseñar a tus hijos a ganar dinero
Este tema me recuerda una anécdota que, sin catalogarla como bonita o fea, simplemente forma parte de lo que viví
Mis padres, desde primaria o inicios de secundaria, me habían dicho que no me iban a pagar la universidad, ya que ellos la costearon trabajando mientras estudiaban. A esa edad, como cualquier otra niña, ya sabía lo que era una beca. En ese entonces pensaba que lo único necesario era tener buenas notas. Así que ya saben lo que hice: fui la estudiante con las notas más altas.
Lo curioso pasó en mi penúltimo año de secundaria. Por casualidad, salió el tema de pagar la universidad y respondí: “Pues, ver si saco una beca porque ustedes no me la pagarán, o trabajaré”. En mi mente, ciertamente un poco entristecida, pues había intentado invertir mis ahorros, pero no recibí mucho apoyo, y solo conseguí un 5% de interés compuesto anual en un certificado financiero.
Tenía más dinero que la mayoría de mis compañeros, no obstante, no me alcanzaba ni para un año en ninguna de las mejores universidades del país.
Mis padres reaccionaron indignados: ¿Cómo iban a ser así de crueles? Que ellos me pagarían lo más que pudieran. Les respondí:
“No me parece cruel, crecí con ello. No conocía otro camino. Me parecía lo normal y tampoco lo veía como injusticia.”
Internamente me sentí privilegiada, pues aparentemente tenía lo mejor de ambos mundos:
- ⭐La ayuda de mis padres.
- ⭐Haberme introducido al mundo de las finanzas personales.
Independientemente, terminé lo planeado y me gané mi beca al 100%. Para mantener el anonimato, no diré cuál fue; de lo contrario, mis padres se sentirían ridículamente identificados.
No sé qué habría sido de mí si solo me hubiesen dicho “saca buenas notas” (aunque según ellos, eso fue lo que hicieron). Puede que alguna mala influencia me hubiera desviado. Pero cuando vi que, si quería ir a la universidad con mi mente de 10 u 11 años, debía ganarme una beca —y eso significaba buenas notas— me puse las pilas.
A medida que fui creciendo, buscaba otras alternativas además de las becas. Así me topé con el mundo de las inversiones, los gastos pasivos y activos, y más. Algo por lo cual les agradezco.
¿Becas?
Aunque logré obtener mi beca, sé que hay muchas más opciones que me hubiera gustado conocer a tiempo. Incluso perdí algunas oportunidades por enterarme tarde. Por eso, animo a mis lectores a estar atentos a las próximas entregas, donde compartiré trucos para maximizar sus posibilidades de obtener una.
Antes de leer los próximos artículos, debes conocer mi reglamento:
- ⭐Notas: Algo no negociable en todas las becas es tener buenas notas, regularmente de 90 o más puntos desde tercero a sexto de secundaria. Mientras más altas, mayores tus posibilidades.
⭐Tipo de beca: Debes identificar cuáles becas están dirigidas exclusivamente a sectores de bajos recursos (no todas se basan solo en mérito, sino también en necesidad). Si no perteneces a ese sector, no seas deshonesto y no trates de pasar por pobre.
- ⭐Beneficios adicionales: Algunas becas ofrecen más que solo cubrir la matrícula. Aplica a tantas como puedas y que te ayuden a estudiar la carrera de tu elección. No pongas todos tus huevos en una sola canasta. Los pasos para aplicar están en sus respectivas páginas web, incluyendo fechas de apertura y cierre (que varían por año). Aquí nos enfocamos en maximizar las oportunidades para obtenerlas.
- ⭐Mantenimiento: Debes saber cuáles son las políticas para mantener la beca. En general, se resume en mantener buenas notas y cumplir con las reglas de comportamiento de la universidad.
- ⭐Costo de aplicar: NO es gratis aplicar a las becas; debes tener dinero ahorrado. La mayoría te pide haber sido aceptada en la universidad y mínimo tendrás que pagar el examen POMA y el derecho de admisión.
- ⭐Motivación: No puedo afirmar que esto sea un requisito, pero creo que no está de más estar preparado para responder: ¿Por qué mereces esta beca?
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